Estoy feliz a la hora del zancudo extirpado
Estoy feliz por el sonido de la pisada sobre la hoja seca
Estoy feliz porque recuerdo el silencio de la noche aquella
cuando llegaste con el vino como respuesta afirmativa
de entregar tu desnudez a mi desnudez
Estoy feliz por el viento por el camino por ella con su minifalda al viento
Estoy feliz por el verde el azul el incoloro a las tres en punto
de una centuria cualquiera
Por el domingo en la biblioteca escuchando la caída del lapicero
Por la saudade de aquella luz aventurándole a la palabra
el verbo del pan nuestro de cada día
Bajo esta lluvia sin sombrilla abierta sin dinero en los bolsillos
soy un hombre feliz.
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